Todo lo que un remero debe saber (sección II)

El remo no es solo cuestión de fuerza, sino de técnica, eficiencia y preparación. En esta segunda parte, nos sumergimos en lo que realmente marca la diferencia en tu rendimiento: la técnica perfecta y cómo entrenar de manera efectiva.

1. Técnica y Postura: La Base de Todo

Una correcta técnica no solo mejora tu rendimiento, sino que también previene lesiones. Recuerda, cada palada es un movimiento cíclico, y cada fase del recorrido tiene un propósito específico. Aquí van los puntos clave para afinar tu técnica:

  • Final de la palada: Mantén el abdomen apretado, las piernas estiradas, los brazos paralelos al suelo, y lleva los hombros y codos hacia atrás.
  • Fase de recuperación: Deja que el bote se deslice, y recuerda que esta fase debe ser más larga que la pasada.
  • Posición de ataque: Flexiona al máximo tus rodillas y caderas, con las tibias perpendiculares al agua y la espalda recta.
  • Fase de pasada: Aplica fuerza de manera progresiva. Empuja con las piernas, bascula con el tronco, y luego acelera con los brazos. La clave está en mantener la empuñadura a la misma altura durante todo el recorrido y aplicar presión horizontal.

Errores comunes a evitar:

  • Tirón de brazos prematuro: Los brazos deben entrar en acción al final de la palada, no antes.
  • Posición encorvada: Mantén la espalda recta y el core bien activado para evitar lesiones.
  • Secuencia incorrecta: Asegúrate de que la secuencia sea correcta: piernas → tronco → brazos al remar, y lo contrario al recuperar.

2. Entrenamientos Combinados: Agua, Ergómetro y Gimnasio

El éxito no solo se forja en el agua. Un buen remero entrena de manera integral. Combinamos tres tipos de entrenamientos para mejorar cada aspecto de tu rendimiento:

  • En el agua: Aquí se pone a prueba la técnica, la sincronización y el trabajo en equipo con el bote.
  • Ergómetro (remo indoor): Perfecto para aumentar la resistencia y la potencia. Además, te permite medir tu progreso con precisión.
  • Gimnasio: Fortalece piernas, core y espalda. Al mejorar estas áreas, podrás transferir más potencia a la palada y evitar lesiones.

3. Preparación Física y Recuperación

Entrenar duro es esencial, pero la recuperación es igual de importante. Un remero bien preparado sabe equilibrar el trabajo con el descanso:

  • Alimentación: Cuida tu nutrición para mantener la energía que tu cuerpo necesita.
  • Descanso: El sueño es crucial para la recuperación muscular y el rendimiento a largo plazo.
  • Movilidad y estiramientos: Prevenir lesiones y mejorar tu amplitud de movimiento es esencial para mantenerte en forma.

Hasta aquí la sección de este mes. En la siguiente, aprenderemos las nociones básicas para medir un bote y los remos. ¡Os esperamos!