Todo lo que un remero debe saber (sección IV)

1. Ajuste de las pedalinas

Cerramos esta serie con uno de los elementos más personales del bote: las pedalinas. Aunque muchas veces se dejan «como están», su posición puede marcar la diferencia entre una buena palada… y una incomodidad constante.

¿Qué se ajusta?

  • La distancia respecto al carro (ángulo de ataque): para que al llegar al ataque las rodillas no estén demasiado abiertas ni los talones demasiado lejos.
  • La inclinación: más vertical si quieres más transmisión inmediata de fuerza; más inclinada si prefieres comodidad en la extensión.
  • La separación entre pies: lo justo para permitir un buen cierre de tronco sin forzar caderas.
  • La altura respecto al fondo del carro: un detalle muchas veces olvidado, pero clave para mantener una buena relación entre tobillos, rodillas y caderas. Si es demasiado alta o baja, puede afectar la fluidez de la palada y la transmisión de fuerza.

¿Por qué importa?
Unas pedalinas mal colocadas pueden limitar tu amplitud de movimiento, hacerte perder eficiencia y, a largo plazo, generar molestias. Ajustarlas bien permite aprovechar al máximo tu cuerpo y tu técnica.

Y más importante aún en un bote de equipo: es clave ajustar las pedalinas para que todos terminen la palada igual. Para ello se puede utilizar una marca visual común en el bote (en proa, los rieles o en proa) como referencia. Así, cada remero adapta su posición para llegar a final de palada de forma sincronizada.

A lo largo de esta serie hemos visto cómo cada parte del bote influye directamente en el rendimiento y la comodidad al remar.

Ajustar bien cada componente permite:

  • Remar con mayor eficiencia.
  • Evitar lesiones por posturas forzadas.
  • Sentirte más conectado con el bote.

No hace falta ser remero de élite para beneficiarse de estos ajustes. ¡Cualquier remero puede ganar mucho con unas buenas mediciones y un poco de atención al detalle!